LA CONDUCTA ASERTIVA
La salud mental depende, en muchos casos, de la forma que
hemos aprendido a manejar nuestras emociones. Una persona que sabe cómo
manifestar sus estados afectivos es una persona que da salida a las tensiones
que éstos puedan provocar. La salud mental no depende de negar los sentimientos
o esconderlos mediante cualquier mecanismo de defensa. Tampoco hay que “arrojar”
nuestros sentimientos dándoles rienda
suelta sin importar si hacemos daño a otros.
La salud mental
depende de la asertividad, entendiéndola como una manifestación de uno mismo en
sus valores, conductas, actitudes y afectos. Esta manifestación de uno mismo
significa mostrarnos a los demás sin engaños, sin actitudes hirientes o
agresivas, sin comportamientos retantes o sumisos. Las manifestaciones asertivas
son claras, no tienen dobleces, permiten una expresión libre de la persona y
tienen que ser honestas. Ser asertivos es darnos el permiso de mostrar nuestros
sentimientos tal y cómo son pero sin ocasionar perjuicio a ninguna persona,
actuar conforme a nuestros derechos sin afectar a los derechos de los demás.
La persona asertiva es aquella que es capaz de expresar lo que siente y piensa con total libertad, sin temor a una posible reacción negativa por parte de los demás pero sin ofender a nadie. Además es capaz de pedir ayuda cuando la necesita o de decir "no" educadamente cuando le proponen algo que n o quiere hacer. Por otra parte ser asertivos significa asumir que nos somos perfectos y que tenemos derecho a cometer errores o a cambiar de opinión sin tener que sentirnos mal por ello.
- La conducta pasiva o sumisa: se caracteriza porque la persona no es capaz de expresar sus sentimientos, opiniones, necesidades… Esto puede provocar que los demás le digan lo que tiene que hacer o que se intenten aprovechar de ella. En ocasiones esto puede ocasionar que las personas pasivas se sientan incomprendidas y manipuladas, lo cual conduce a una baja autoestima, sentimientos de culpa o ansiedad.
- La conducta agresiva: supone el otro extremo. La persona agresiva expresa lo que siente y desea de un modo inapropiado e injusto, sin respetar las necesidades de la otra persona. A la larga esta actitud puede provocar rechazo ante otras personas y conducir al aislamiento y la pérdida de autoestima.
- La conducta asertiva: es el punto medio entre la pasividad y la agresividad. Una persona asertiva expresa con sinceridad sus opiniones, deseos y sentimientos, pero al mismo tiempo tiene en cuenta los sentimientos y necesidades de los demás. Ni se aprovecha de otras personas ni deja que abusen de ella. Asimismo, logra comunicarse de un modo educado, sincero y directo.