El Romanticismo surge tras el movimiento neoclásico y en oposición a éste. Allí donde el neoclasicismo propone una belleza ideal, el racionalismo, la virtud, la línea, el culto a la Antigüedad clásica, el romanticismo se opone y promueve el corazón, la pasión, lo irracional, lo imaginario, el desorden, la exaltación, el color, la pincelada y el culto a la Edad Media y a las mitologías de la Europa del Norte. El sentimentalismo, el misticismo, la expresión de los sueños son otras de sus características.
En el siguiente cuadro del pintor suizo Füssli se aprecia claramente el gusto romántico de la época
La Pesadilla. Füssli. Museo Goethe. Frankfurt
Lluvia, vapor y velocidad. Turner. National Gallery, London.
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